psicología deportiva

Gestión de emociones: El deportista que gestiona sus emociones rinde mejor

La gestión de emociones es súper importante en el deporte. Un deportista que sabe cómo hacerlo tiene una clara ventaja sobre aquellos rivales impulsivos, descontrolados y emocionales.
Los deportistas se enfrentan a situaciones muy diversas que les afectan porque ante todo son personas. Por un lado, como todas las personas, pueden tener un mal día y discutir con la familia, la pareja, recibir buenas o malas noticias y luego tienen que irse a entrenar o jugar. Mantener estas emociones fuera de la pista no es siempre fácil.

Y además por otro lado, en el terreno de juego aparecen muchas emociones cuando no nos sale nada o fallamos algo simple, o cuando contra todo pronóstico conseguimos ventaja sobre el rival. Así, aparecen emociones contra el árbitro, el público, los rivales o nosotros mismos. Emociones que pueden ser positivas o negativas. Porque una buena racha puede afectar al rendimiento tanto como una mala. Cuando tenemos muchos aciertos seguidos puede verse afectada nuestra confianza, teniendo un exceso, quizá demasiada activación, etc.

¿Existen emociones buenas y malas?

Muchas personas dirían que sí, porque aparentemente la tristeza es algo malo, igual que el enfado, los celos, etc. Pero en psicología deportiva hablamos siempre de emociones positivas y negativas, y no de buenas y malas. Todas las emociones tienen una función, y por tanto todas son buenas. La clasificación en positiva o negativa hace referencia simplemente a su definición y lo que nos genera.

Todas las emociones son necesarias. Hay que sentir alegría y también tristeza, es necesario enfadarnos y gritar a veces. Por eso todas son importantes y tienen que aparecer. De hecho muchos problemas vienen cuando intentamos anular la presencia de ciertas emociones.



Podemos encontrar ejemplos en niños deportistas que son súper exigentes porque no se conforman con nada; y esto está bien porque te ayuda a subir el listón y marcarte grandes objetivos. Pero deja de ser tan bueno cuando esa exigencia no te permite alegrarte de un 2º puesto en el campeonato de España, por ejemplo; o incluso a pesar de haber ganado, habiendo jugado bien, solamente te fijas en los dos fallos que has tenido.

Buscar la perfección nos lleva en muchísimas ocasiones a la frustración. Una de las emociones estrellas en el deporte.

Es muy importante aprender a gestionar las emociones, no controlarlas. Como decía antes, las emociones tienen que aparecer, no podemos anularlas. La manera de lidiar con ellas es saber qué hacer cuando aparezcan, no intentar que no lo hagan porque es inevitable además de perjudicial y contraproducente.


¿Cómo trabaja las emociones un psicólogo deportivo? 

El trabajo de las emociones se basa en aprender a identificarlas y gestionarlas adecuadamente, es decir ajustar la intensidad y expresión con la que aparece.
Para ello es importante el autoconocimiento. No todos reaccionamos igual ante la misma situación. Es necesario que el deportista sepa qué situaciones le hacen más vulnerable, qué recursos tiene para afrontarlo, qué necesita ante cada tipo de emoción…

Las emociones se trabajan a tres niveles, en función de sus componentes principales:

  • Fisiológico. Hace referencia a la activación orgánica y corporal que genera la emoción: ritmo cardíaco, sudoración… Se pueden controlar hasta cierto punto. De nuevo, es importante conocernos para poder anticipar una determinada situación o encontrarme cómodo cuando aparezca la emoción.
  • Cognitivo. Son los pensamientos e imágenes que se forman en nuestra mente. Pueden ser en positivo o en negativo. Las emociones no se pueden controlar, pero los pensamientos sí. Un entrenamiento en control del pensamiento hará que los deportistas mantengan a raya ciertos pensamientos, se centren en el presente y logren crear imágenes positivas que benefician su rendimiento.
  • Expresión: acciones físicas o verbales. Es decir, las reacciones, qué hacemos cuando se presenta una emoción. Cada persona expresa sus emociones de una determinada manera, y según lo que hagamos tendremos unas consecuencia s u otras. La clave está en expresar la justa medida en que no nos perjudique. Muchas veces cuenta el control de impulsos, técnicas disuasorias, focalización en otros objetivos…


Emociones más frecuentes en el deporte 

Como hemos dicho, en el deporte aparecen todo tipo de emociones y sentimientos porque el deportista ante todo es humano. Y las emociones y dificultades aparecen tanto en deportistas de élite como amateurs y competidores ocasionales.

Estas son algunas de las emociones perjudiciales más frecuentes que encontramos en deportistas:

Ansiedad. 
Mezcla de miedo, nervios, presión, rabia… Puede haber varias emociones juntas. Aparece cuando el deportista tiene una sensación de amenaza, que puede ser real o no. Se percibe que está en riesgo algo que queremos conseguir y eso genera una tensión y malestar que perjudica el rendimiento, aparece desgana por nuestro deporte, incluso no querer entrenar o competir y posibilidades más altas de lesión. Es importante ser consciente de estos síntomas para poder trabajar sobre los factores que están generando esa emoción y prevenir que vaya a más.

ansiedad y frustración en el deporte
Muchos deportistas han hablado abiertamente de sus problemas de ansiedad como Bojan Krick, que explicó cómo le afectó mucho jugar en categorías grandes, destacar, jugar con tus ídolos, le generó mucha presión. También Jesús Navas, o Kiko Femenía, quien sufrió un ataque de ansiedad en su debut con el primer equipo. Otro ejemplo es Mardy Fish, que situado entre los 8 mejores tenistas del mundo, camino a uno de los partidos clasificatorios para el US Open, experimentó un ataque de ansiedad que le impedía moverse y se negaba a jugarlo.

Frustración. 
Tiene componentes de malestar, incertidumbre, ira… Aparece cuando no se cumplen las expectativas del deportista, y genera una sensación de incapacidad y poco control sobre la situación. Está asociada también con el estrés. En el mundo del deporte, continuamente se ponen a prueba los deseos y expectativas de los deportistas. Y se traduce en ocasiones en agresiones, insultos al árbitro, gritos, lágrimas.

Algunos ejemplos los vemos cuando Serena Williams, Alexander Zverev u otros tenistas rompen sus raquetas tras perder o no conseguir un punto. Más recientemente, Sergio García destrozando un bunker e insultando a los caddies.

Por tanto es muy importante dedicar tiempo a explorar situaciones pasadas y a conocernos, plantear bien los objetivos y mantener expectativas realistas para poder sacar ventaja de nuestras emociones en cada situación.